Hay, en la historia de nuestras letras, una fuerte
relación entre la poesía, el erotismo, las obscenidades y los retruécanos. De
eso en España estamos todos doctorados. Además, nos viene de lejos.
No se
escandalizaban los villanos alcarreños cuando Juan Ramón Ruiz, arcipreste de Hita
(una maravillosa ciudad medieval en el corazón de la Alcarria) yacía con todas
las serranas que le salían al paso a las que, luego, componía versos tan
calientes y obscenos que le procuraron merecida fama, entonces, y tantos
momentos de apasionada lujuria con la feligresía femenina que adoctrinaba.
Juan Ramón Ruiz, arzobispo de Hita, fue el autor de "El Libro del Buen Amor" |
Aunque a Juan
Ruiz lo tuviera preso el cardenal Gil de Albornoz por escribir cosas
escandalosas, deshonestas y de mucha picardía, siguió siendo poeta y arcipreste hasta su muerte,
porque, como es bien sabido, la Iglesia de entonces, la de ahora y la de siempre, mucho tiene que callar.
Interior de la iglesia de S. Juan Bautista, en Hita. Una mezcla de estilo mudéjar y herreriano de bellísima factura |
Tampoco hubieron denuncias ante jueces y corregidores cuando el licenciado Fernando de Rojas hizo hablar a
"La Celestina" de aquesta guisa: "Las putas y los frailes por estos lares, andan a
pares". No se escandalizaban ni se sorprendía los castellanos de aquellos siglos al escuchar el
consejo del poeta obsceno:
"No os perdáis, vida
mía,
amor de fraile,
que aunque sólo es uno
por cuatro vale".
Más cerca de
nuestros días, y tan sólo por citar un ejemplo, Camilo José de Cela en sus "Memorias, entendimientos y voluntades", incluye varios poemas obscenos y machistas de los que se cantaban en la
guerra civil cuando él era soldado:
"Mujer que al andar
culea
y al mirar, los ojos
mece,
no digo que puta sea,
pero sí que lo
parece".
Y así, la
poesía erótico-festiva fue floreciendo entre místicos y ateos, entre creyentes y agnósticos,
entre el puro machismo y el rancio romanticismo. Con la
religión y con el sexo había mucha gente que perdía la cabeza y que la sigue
perdiendo en nuestro tiempo.
En la Cataluña de
nuestros días, se ha montado un gran revuelo porque una muy cutre poetisa (?) buscó,
y lo consiguió, su minuto de gloria con el "Padrenuestro del santo
coño". Algunos asistentes a los Premios Ciudad de Barcelona (excepto los
ediles del ayuntamiento de la Ciudad Condal y su alcaldesa) se rasgaron las vestiduras,
no por la ínfima calidad del poemita de marras, que verdaderamente era
infumable, sino porque lo consideraron blasfemo, tosco, grosero y de mal gusto, por más que la presunta rapsoda lo recitara en la noble lengua de Josep Pla.
Los atónitos escuchantes
de tan absurdo poema han decidido denunciar a la autora cuya causa, como suele
ser habitual en estos casos, será desestimada y archivada por nuestro blando y pacato sistema judicial.
En esta plegaria, supuestamente feminista, dice su autora en un rapto de pasión abortista:
"Madre nuestra que
estáis en el cielo
santificado
sea vuestro coño.
(...)
Hágase su voluntad en
nuestro útero sobre la tierra.
(...)
Y no permitáis que los
hijos de puta aborten el amor y hagan la guerra".
La querellada
comenta que fue un poema de reivindicación feminista, pero más bien parece un repulsivo exabrupto de hembrismo o de machismo a la inversa. Carlos Herrera se preguntó en su programa: "¿De
qué estercolero sacan a estas tías?".
Sin duda alguna, esta poetisa (?) de estercorácea boca no habrá leído jamás ni a Juan Ruiz, ni al Marqués de Santillana ni a Fernando de Rojas porque de haberlo hecho, compondría de otra manera menos tosca y repugnante.
Sin duda alguna, esta poetisa (?) de estercorácea boca no habrá leído jamás ni a Juan Ruiz, ni al Marqués de Santillana ni a Fernando de Rojas porque de haberlo hecho, compondría de otra manera menos tosca y repugnante.
Parece que
esos versos, que han debido cautivar a algunos docentes catalanes, se declaman en lengua vernácula en algunas escuelas de Cataluña, donde Dolors Miquel (tócate
la breva) es la poetisa oficial de la señora (?) Colau y abanderada de otra parecida guarra que suele hacer aguas menores en mitad de las calles, para estupefacción de los
viandantes murcianos.
Original de El Libro del Buen Amor que relata en cuaderna vía los amores de don Melón y doña Endrina. |
Les dejo, para finalizar, el enlace a un bello poema cantado sobre El Libro del Buen Amor donde, en cuaderna vía, se narran los amores de don Melón y doña Endrina.
https://www.youtube.com/watch?v=9M3igVZsQEE&feature=youtu.be
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