La fiebre hemorrágica del Ébola, habitualmente
conocida como enfermedad del virus del Ébola
(EVE), es un proceso infecto-contagioso muy grave que afecta tanto a seres humanos como a otros mamíferos. Su nombre
proviene del río Ébola, un afluente del Mongala y por tanto del río Congo.
Se
considera que los murciélagos frugívoros son los
huéspedes habituales del virus y, consecuentemente, sus transmisores para el
contagio. Abunda en ello la tesis de que en aquellos lugares en los que estos
quirópteros son comunes, la prevalencia de la enfermedad de Ébola es significativamente
mayor.
El
virus se transmite por contacto directo con los fluidos corporales infectados,
en especial a través de la sangre, la orina, los vómitos, la saliva, el semen, el
sudor, tanto de humanos, vivos o fallecidos, como de animales igualmente
muertos o vivos. Los modos de enterramiento de ciertas tribus africanas en las
que los deudos entran en contacto íntimo con el cadáver pudiera ser, como ya se
ha sugerido, una de las principales fuentes de contagio.
En
la primera gran epidemia africana de 1976 murió el 92% de los sujetos
infectados por lo que se llegó a considerar a la enfermedad del virus del Ébola
como una de las más mortíferas jamás conocidas. El primer caso de la entonces
llamada fiebre hemorrágica de origen desconocido, tuvo lugar el 26 de agosto de
1976 en Yambuku, una ciudad del norte del Congo (antiguo Zaire) por donde
discurre el río Ébola. Se trataba de un maestro de enseñanza básica, de 44 años
de edad, quien tras regresar de un viaje por el norte del Zaire presentó fiebre
elevada y mal estado general por lo que fue diagnosticado como un grave caso de
malaria siendo tratado ineficazmente con quinina. El estado de salud del
profesor, de nombre Lokela, lejos de mejorar fue agravándose día a día. Al cabo
de una semana aparecieron vómitos incontrolables, primero alimenticios y más
tarde hemorrágicos, cefalea intensa, diarrea con abundante rectorragia,
hematomas generalizados, epistaxis, gran astenia general, calambres musculares,
dolores articulares, confusión mental y, al final, fracaso cardiorespiratorio,
renal, hepático y muerte. Falleció, tras horribles sufrimientos, el 8 de
septiembre de 1976, apenas dos semanas después de haber manifestado los
primeros síntomas de lo que fue equívocamente considerado como una fiebre cuartana.
Imagen del virus del Ébola tomada con microscopio electrónico
¿Cuál es el presente y qué futuro nos espera
frente al EVE?
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En este 2014 que vivimos, ha
brotado la más grande epidemia de enfermedad del Ébola de la historia siendo
los países más afectados hasta ahora, Sierra Leona, Liberia, Nigeria y Guinea-Conakry
que fue por donde se inició y se expandió la enfermedad.
El
8 de agosto de este mismo año, la OMS
ha considerado a la epidemia como una emergencia pública sanitaria a escala
internacional recomendando medidas excepcionales para detener su
expansión mundial tratando de prevenir una pandemia de proporciones
imprevisibles y gravísimas. Este organismo sanitario internacional solicitaba a
los países mayoritariamente afectados que declarasen la epidemia como una grave
emergencia nacional, haciendo al mismo tiempo una llamada a la solidaridad
internacional para la prevención, el control, la ayuda y la búsqueda de
recursos médicos necesarios para frenar la imparable progresión del proceso que
bien pudiera terminar con la vida de millones de seres humanos en todo el
planeta. Hasta el momento se han contabilizado más de mil fallecidos por una
epidemia que amenaza con expandirse ampliamente al no disponer de recursos
preventivos ni curativos.
Ante
la agresividad del virus y la ausencia de vacuna y de un tratamiento específico
y eficaz, la enfermedad ha sido clasificada en el nivel 4 de riesgo en su
transmisión natural y en su elevada
mortandad. Esto ha hecho que el virus sea además catalogado por el
Centro Para el Control y Prevención de Enfermedades como un agente
para el bioterrorismo, dada su altísima peligrosidad como arma en la
guerra biológica. Por sus características de eficacia en producir una rápida
letalidad y por su fácil contagio sus consecuencias serían más mortíferas que
cualquier arma convencional, incluidas las atómicas.
¿Hay curación para EVE?
El
virus del Ébola, como muchos otros virus, no sólo no tiene cura sino que no
existe ningún tratamiento específico que amortigüe sus efectos y mejore las
expectativas de vida de quien lo sufre. En la actualidad sólo existe un tratamiento
de mantenimiento y soporte a base de terapias generales que minimizan alguno de
sus síntomas, con rehidratación parenteral, antitérmicos, analgésicos,
antieméticos y antidiarreicos, soporte cardiopulmonar y de medicina intensiva,
haciendo especial énfasis en el aislamiento del paciente y en la protección de
los profesionales de la salud, cuidando al extremo el contacto directo con el
paciente, sus secreciones y fluidos corporales, dada la alta contagiosidad.
En
el Congreso Internacional de Botánica de 1998 se anunció que un extracto de la Garcinia Kola, un árbol del África occidental utilizado por curanderos locales en la curación de otras enfermedades,
detenía el crecimiento del virus en pruebas de laboratorio. A pesar de ello y a
fecha de hoy, aún no se han realizado pruebas con animales o seres humanos.
Nadie se explica por qué no se ha seguido con esta estimulante línea de
investigación médica cuyos resultados iniciales in vitro han dado resultados esperanzadores. Varios centros
científicos en EEUU, Canadá y algunos países europeos investigan la rápida
fabricación de una vacuna eficaz así como alternativas terapéuticas que frenen
el progreso de la enfermedad y su grave sintomatología.
La
OMS hace un seguimiento continuo de la epidemia y su rápida expansión
facilitando documentos orientativos para su prevención. Al no existir una
vacuna para animales o seres humanos se recomienda evitar el contagio mediante
una higiene máxima, extremando al mismo tiempo las medidas cautelares en el
flujo transfronterizo de sujetos provenientes de zonas de alto riesgo así como
la movilización entre granjas de animales sospechosos o su venta en mercados.
Para los interesados en ampliar la información sobre la EVE y sus consecuencias he
efectuado una puesta al día en la monografía “CONEJILLOS DE INDIAS” disponible en amazon.es
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